La imposibilidad de la perfección en las redes sociales.


Durante el nuevo milenio y con estas nuevas herramientas tecnológicas que surgen de la nada comenzamos a notar que los sujetos que conviven día a día con las redes sociales transmiten y pretenden crear una “belleza” que se ve adoctrinada por verse bien para el otro. Este otro que es una mirada imaginaria que genera una demanda ejercida por los medios primero-televisivos de los estereotipos sociales y ahora con los mil y un “filtros” o bien llamada embellecedores de última generación que te hacen ver como si fueras espectacular o irreconocible para los que te rodea, permitiéndote así lograr conseguir un “ideal” de “superación” de la belleza que te exige los medios por la vorágine que se carcome al ser humano día a día y “ser feliz”.
Ahora bien, La llegada de las plataformas digitales como Facebook, WhatsApp, Instagram, Tinder o Badoo a las dinámicas sociales han convertido el encuentro presencial con los demás en un limitante debido a las maneras “ideales” de mostrarse por medio de estas plataformas.


Estas personas en su día a día tratan de fomentar una vida estable y tranquila haciendo publicaciones en lugares puntuales o frases romantizadas o motivantes en los cuales cada uno cree que los otros deben conocer un poco de su vida o su diario vivir.  Esto permite a cada persona hacerse a una idea de cómo mostrarse a el mundo de manera tal como se es o se quiere ser llegando a un punto tal que tu vida o la de otro puede ser un referente de “éxito”, no se ¿por qué? Y convertirse en el balcón de publicidad de una vida estable, confortable y “siendo feliz”.

Izquierdo, M. J. (1996) dirá: "El principio de la realidad, no se opone al placer, sino que le impone rodeos, al tomar en cuenta las limitaciones a que está sometida su realización. Tiene su origen primero en las limitaciones humanas, que como hemos visto se reconocen conforme se desarrolla el sentimiento yoico adulto. “Todo” no es posible, no es posible inmediatamente, ni es completamente. El reconocimiento de esos límites favorece que se alcance el placer, o que se soporte la imposibilidad de alcanzarlo, buscando satisfacciones substitutorias, encaminando nuestros anhelos en otra dirección. Dar la espalda a ese principio puede llevar a la propia destrucción Y/O incluso la destrucción de aquellos objetos que son fuente del placer. La realidad bajo cuyo principio se desarrolla el placer es una realidad construida socialmente en que el propio aparato psíquico tiene un papel activo. El modo en que esa realidad haya sido construida marcará a su vez la posibilidad de establecer relaciones sociales y las características de estas. De hecho, la regulación de las relaciones sociales es uno de los rodeos que el principio de la realidad le impone al principio del placer.

En este orden de ideas vemos que La sociedad poco a poco se ha visto permeada por miles de estrategias para luchar contra una des aceptación personal ese empuje a una sobre exigencia de mostrarte bello, feliz y cómodo “exitoso” en una red que solo genera contenidos vacíos y sin ninguna intención de aportar si no ¿aparentar?


 El sistema de consumo digital y del capitalismo no pretende que te cuestiones por las miles de formas que tienes para ser tú mismo, aceptarte y comprender que puedes ser una persona tranquila y por así decirlo independiente generando conciencia, conformándote con lo poco que has logrado a tu manera y con tus capacidades. En cambio, al ser deseante de hoy en día y este movimiento digital encarnado en la desbordada e imparable información que llega y llega creando la imposibilidad de la perfección en las redes sociales, esto con el fin de no crearte la duda de porque tener que estar en la constante muestra de lo que no eres y más bien buscando una construcción intrínseca de lo que eres y lo que tienes que valer para ti y no para los demás.
Según Izquierdo, M. J. (1996) “En el otro extremo, las sensaciones de placer intensas, por señalar el placer por excelencia, el erótico, tienen una duración efímera. Nuestro cuerpo no es capaz de sostener ni prolongar el placer del clímax sexual más allá de fugaces instantes. Otros placeres menos intensos, como el de comer, apenas se pueden extender de un modo continuado más allá de algunas horas, para acto seguido trastocarse en malestar y sentimiento de rechazo hacia aquello que solo un instante antes era fuente de satisfacción también intensa. Así pues, nuestro cuerpo está mal constituido para experimentar el placer, y muy bien dotado para el sufrimiento. Sentirse mal es algo para lo que estamos bien pertrechados.”



Esto que nos permite comprender, que todos estos comportamientos desenfrenados por estos seres hablantes son por la búsqueda de una felicidad que es un imaginario provocado por los nuevos estilos de vida de estereotipos sociales proyectados por los nuevos “influyentes” del mundo, también por la innecesaria búsqueda de algo que sin saber podemos tener en nuestras propias casas o el simple hecho de hacer algo tan básico como es sacar nuestro perro a dar una vuelta, dichas todos estos cuestionamientos me quedan muchas incógnitas debido a que es de suma preocupación para las futuras generaciones de niños, niñas y adolescentes sobre cómo serán las formas de poder tener un sentido de pertenencia, cariño verdadero, capacidad de soportar el qué dirán sabiendo que todo se mueve ya por cómo me veo y por lo que proyecto… ¿Sera que si no encajo en el perfil de belleza no seré “aceptado”, que es ser aceptado?, ¿Sera que debo luchar por ser yo mismo o por simplemente ser para él otro?.
                                                                                                                                El Debelador.
BIBLIOGRAFIA.
Izquierdo, M. J. (1996). El vínculo social: una lectura sociológica de Freud. Papers: revista de sociologia, 165-207.

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